¿Cuántas veces nos hemos encontrado en ese espacio de no sentirnos reconocidos o validados?

Y al vivir en comunidad resulta natural, es de hecho una necesidad humana básica, sin embargo lo que muchas veces dejamos pasar de largo es el hacer el ejercicio nosotros mismos  y nos aferramos a que sea alguien más quien nos recuerde lo buenos o brillantes que somos.

Alguien más que nos reitere que sí podemos y la cosa se pone más compleja cuando nos comparamos, cuando vivimos expectantes al patio de enfrente y a lo que el vecino logra, ¡Uff! ¡Qué tormento!

Sí, yo sé que probablemente quizás tú te encuentres hoy en ese lugar con una abrumadora nube mental que no te permite ver tu propio brillo y te ha hecho olvidarte de cuán poderoso eres, pero no te preocupes, que hoy vamos a movernos a un sitio mental distinto.

Siempre me gusta recordarte que aunque haya una lista de expectativas sociales hay cosas que sólo tú te puedes dar, y que incluso hacerlo tú dentro de ti dará la pauta para que el exterior te corresponda.

Creo fielmente que las personas somos medicinales, dentro de cada uno hay un montón de recursos internos para darnos lo que vamos necesitando para crecer y autosanarnos. Eso es parte de nuestro poder personal.

Una persona con poder personal es aquella que recoge su energía y la manda hacia dentro de sí misma, que en lugar de mirar el patio del vecino y sus logros, como comentábamos un párrafo arriba, usa todo ese tiempo y enfoque en construirse, nutrirse y avanza aún cuando nadie crea que podrá.

Recuerda que quien asume que “no puedes”, proyecta sus propias dudas, incapacidad y frustración para consigo mismo, por eso las opiniones de los demás son tan relativas.

 

LEER MÁS