Es una tendencia. Las empresas comienzan a implementar el estudio socioeconómico laboral en sus procesos de reclutamiento. El objetivo de las investigaciones de campo es corroborar la información proporcionada por los candidatos en sus solicitudes de empleo y previas entrevistas.

Las organizaciones contratan estos servicios de forma externa mediante outsourcings  o consultoras de Recursos Humanos y son aplicados, regularmente, durante los últimos filtros del proceso de selección.

Las actividades de los encuestadores socioeconómicos son visitas a domicilio, llenado de formularios y cotejación de documentos.

Uno de los beneficios de esta práctica es la personalización y humanización del proceso de selección. Los estudios socioeconómicos permiten a la empresa conocer las necesidades y perfil a detalle de cada postulante.

Antes de la visita, la empresa reclutadora debe realizar una llamada al candidato para notificar la visita del encuestador y solicitar la aceptación.

Negarse a este requisito podría representar el descarte del postulante en el proceso de nuevo ingreso. Para efectos de seguridad, NO PUEDEN REALIZARTE UN ESTUDIO SOCIOECONÓMICO SIN PREVIO AVISO.

La información que se obtiene de estas investigaciones de campo son:

  • Situación económica del postulante. El estado que debe proyectar el “candidato ideal” es la estabilidad y responsabilidad económica. El objetivo es evitar la rotación de personal.

Durante la entrevista surgirán preguntas como ¿cuántas personas dependen económicamente de usted? o ¿realiza pagos mensuales por alguna compra? (Nota: No te preocupes por la precisión de tus respuestas, no son exámenes psicométricos)

 

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